¿Qué dudas tienes sobre los avances en la mesa de conversaciones de La Habana?
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El equipo negociador de la Mesa de Conversaciones de La Habana responde preguntas. Revisa los videos y cuéntanos todas tus preguntas, opiniones, propuestas y comentarios sobre el tema.
Han concluido 3 puntos, en estos las FARC han demostrado intención de paz?, es decir han cedido o solo ha cedido el gob?
El gobierno response
Urna de Cristal
<p>Señor: ANDRÉS F. BONILLA</p>
<p class="rtejustify">Desde el principio se dijo que este sería un proceso serio, digno y eficaz. El Gobierno es consciente de la desconfianza que genera un grupo armado como las FARC entre la ciudadanía. Pero más allá de la legitima desconfianza sobre la intención de paz que puede tener la opinión pública, la seriedad de la metodología de trabajo que se ha desarrollado a juicio del gobierno, es una garantía para lograr que el objetivo último de todo este proceso- que es el fin del conflicto-, llegue lo más pronto posible. Nunca antes un proceso con las FARC había demostrado tantos avances en puntos tan difíciles técnicamente como el de la tierra; tan importantes democráticamente como el de participación política; tan sensibles como el de la solución al problema de las drogas ilícitas; y tan transcendentales para la justicia como el acuerdo de principios en materia de víctimas. En todos estos puntos acordados vale la pena insistir: el Gobierno acordó discutir estos temas no por cuenta de las FARC, sino de los colombianos. Acordamos discutirlos y estamos llegando a acuerdos porque estamos convencidos que esas son las reformas que hay que hacer para que la paz eche raíz y Colombia tenga un futuro distinto a la violencia. Para eso estamos en La Habana</p>
<p class="rtejustify">El compromiso de ponerle fin al conflicto se logra entre dos. De eso se trata una negoción de paz: dos partes (las FARC y el Gobierno) están llegando a acuerdos sólo sobre los "qués", sobre los programas y medidas que van a ser implementadas, pero "cómo" se va a hacer esa implementación depende de lo que las comunidades en cada territorio definan. Las FARC –y eventualmente el ELN– tendrán que hacer también su parte, que no es sólo dejar las armas y reincorporarse a la vida civil, sino también contribuir de diferentes maneras a la implementación de los acuerdos, incluyendo por su puesto la satisfacción de los derechos de las víctimas. Un buen ejemplo es lo que se acordó en el punto sobre narcotráfico: las FARC-EP se comprometieron a “<em>contribuir de manera efectiva, con la mayor determinación y de diferentes formas y mediante acciones prácticas con la solución definitiva al problema de las drogas ilícitas, y …de poner fin a cualquier relación, que en función de la rebelión, se hubiese presentado con este fenómeno</em>”. El país puede estar tranquilo, lo que estamos haciendo en La Habana es lo necesario para asegurar la no repetición del conflicto y la construcción de la paz</p>
<p><strong>Presidencia de la República</strong></p>
<p class="rtejustify">Desde el principio se dijo que este sería un proceso serio, digno y eficaz. El Gobierno es consciente de la desconfianza que genera un grupo armado como las FARC entre la ciudadanía. Pero más allá de la legitima desconfianza sobre la intención de paz que puede tener la opinión pública, la seriedad de la metodología de trabajo que se ha desarrollado a juicio del gobierno, es una garantía para lograr que el objetivo último de todo este proceso- que es el fin del conflicto-, llegue lo más pronto posible. Nunca antes un proceso con las FARC había demostrado tantos avances en puntos tan difíciles técnicamente como el de la tierra; tan importantes democráticamente como el de participación política; tan sensibles como el de la solución al problema de las drogas ilícitas; y tan transcendentales para la justicia como el acuerdo de principios en materia de víctimas. En todos estos puntos acordados vale la pena insistir: el Gobierno acordó discutir estos temas no por cuenta de las FARC, sino de los colombianos. Acordamos discutirlos y estamos llegando a acuerdos porque estamos convencidos que esas son las reformas que hay que hacer para que la paz eche raíz y Colombia tenga un futuro distinto a la violencia. Para eso estamos en La Habana</p>
<p class="rtejustify">El compromiso de ponerle fin al conflicto se logra entre dos. De eso se trata una negoción de paz: dos partes (las FARC y el Gobierno) están llegando a acuerdos sólo sobre los "qués", sobre los programas y medidas que van a ser implementadas, pero "cómo" se va a hacer esa implementación depende de lo que las comunidades en cada territorio definan. Las FARC –y eventualmente el ELN– tendrán que hacer también su parte, que no es sólo dejar las armas y reincorporarse a la vida civil, sino también contribuir de diferentes maneras a la implementación de los acuerdos, incluyendo por su puesto la satisfacción de los derechos de las víctimas. Un buen ejemplo es lo que se acordó en el punto sobre narcotráfico: las FARC-EP se comprometieron a “<em>contribuir de manera efectiva, con la mayor determinación y de diferentes formas y mediante acciones prácticas con la solución definitiva al problema de las drogas ilícitas, y …de poner fin a cualquier relación, que en función de la rebelión, se hubiese presentado con este fenómeno</em>”. El país puede estar tranquilo, lo que estamos haciendo en La Habana es lo necesario para asegurar la no repetición del conflicto y la construcción de la paz</p>
<p><strong>Presidencia de la República</strong></p>
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