3.812 incendios, que han consumido más de 9.000 hectáreas, y desabastecimiento de agua en 238 municipios, son las principales consecuencias de la temporada de sequía que ha traído el Fenómeno del Niño. El Gobierno no ha ahorrado esfuerzos para apagar los incendios y mitigar el impacto de la sequía.
Hasta el momento se han invertido más de 9.000 millones de pesos en equipamiento para fortalecer la capacidad de respuesta de las entidades de atención. A través del Plan Nacional de Contingencia se está coordinando las acciones de todos los actores del Sistema Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (SNGRD). Además, se ha dispuesto de una oferta institucional para atender una proporción de las pérdidas cuantificadas.
De esta manera, se han movilizado más de 22.000 unidades de bomberos, 4.000 máquinas y 3.000 descargas aéreas de agua para controlar y apagar los incendios. Asimismo 62.000 millones de hectáreas han sido protegidas gracias a las acciones preventivas.
Con respecto al desabastecimiento de agua, tres departamentos han recibido 66 carros tanque. Ahora Cundinamarca cuenta con 30 de estos nuevos vehículos, Magdalena con 15 y el Valle con 21. En Vijes (Cundinamarca) y en Santa Rosa de Viterbo (Boyacá) se están construyendo nuevos pozos profundos; y en la Unión, La Victoria, Obando, Toro y Roldanillo (Valle del Cauca), como también en Facatativá (Cundinamarca) se han rehabilitado pozos ya existentes. En Atlántico, se ha impulsado la terminación de 2.500 Jaguayes y la Gobernación ha emprendido una campaña con el Ministerio de Vivienda para desconectar del sistema de acueducto a los usuarios ilegales.
Igualmente, se están realizando campañas para el ahorro de agua y se está sancionando a todos los usuarios que desperdicien el recurso en todo el país: La Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) de agosto del año pasado a agosto de este año, ha sancionado a 1 millón 153 mil usuarios por despilfarro de agua.
El Fenómeno del Niño se extenderá hasta marzo del 2016, por lo tanto hay que ser conscientes de que hay que ahorrar agua y energía para poder mitigar los efectos de este fenómeno.